Nuevo, Viejo, Prestado y Azul

Algo Nuevo

Como símbolo de la nueva vida que comienza con el matrimonio, manda la tradición que la novia lleve algo nuevo el día de la boda. De las cuatro “obligaciones”, es la más sencilla: el vestido, la lencería o los zapatos, si no los tres, serán de estreno. Sobre todo, el vestido, que es el símbolo máximo y que, también por tradición, el novio no debe ver hasta el último momento, ya en el lugar de la ceremonia, cuando entra la novia.

Pero si, por alguna razón, el vestido no es nuevo, por ejemplo porque se utiliza el de la madre, o porque se alquile, el papel de “algo nuevo” puede recaer sin problemas en los zapatos o en la lencería, que seguro que son de estreno.

Algo viejo

Si lo nuevo representa la nueva situación de la pareja, lo viejo pretende simbolizar el arraigo que se seguirá manteniendo con la familia y amigos. Por eso, lo tradicional es que ese “algo viejo” sea de la familia.

Así, esta prenda puede ser desde alguna joya hasta el velo, e incluso la liga; cualquier cosa que en esa familia haya pasado por tradición de madres a hijas. Incluso, para quien no encuentre o tenga opción de llevar algo viejo de la familia, el mismo anillo de compromiso es una posibilidad válida.

Algo prestado

La tradición con este punto dice que lo prestado ha de provenir de una pareja cuyo matrimonio sea feliz, con el objetivo de “traspasar” esa felicidad a la nueva pareja. En la actualidad, lo típico es que sea una de las mejores amigas de la novia quien preste la prenda, esté o no casada.

En este caso, lo prestado es, por lo general, un detalle: los pendientes, un pañuelo, incluso la liga. Lo importante es que provenga de alguien a quien se tenga especial cariño y, por supuesto, que no nos olvidemos después de devolverlo.

Algo azul

Esta tradición tiene su origen en Oriente Medio, en lo que hoy es Israel. Entonces, el color azul simbolizaba fidelidad, amor y pureza, para lo que llevaban un pañuelo en el pelo de esa tonalidad.

Asimismo, en Estados Unidos, llevar la liga de color azul era un símbolo de virginidad. Hoy en día, aunque sigue siendo símbolo de fidelidad a la pareja, el color azul puede llevarse en cualquier prenda y no necesariamente sobre la cabeza. Así, la cosa puede ir desde un pequeño detalle de color en la liga o el sujetador, como por ejemplo un lacito prendido en ellos, o que el color vaya en la decoración del ramo de flores, hasta modalidades más atrevidas, como sería llevar zapatos azules o una banda de este color alrededor de la cintura.